lunes, 19 de septiembre de 2011

Reciclando recuerdos

Hace mas de cuarenta y cinco años,que plante en mi pequeño jardín un arbolito, un camelio, cuyas flores me deleitaron con su presencia todos los años, eran blancas como la nieve y muy prematura en su floración, cuando lo plante no alzaba mas de dos palmos. Hace tres años empezaron sus hojas a ponerse mustias y amarillentes, entonces decidí darle una poda fuerte, pues solo le sucedía en la mitad del tronco, fue aguantando, pero ahora le esta sucediendo lo mismo a la otra mitad, aun que consulte su caso, no se logro aliviar su mal, tal vez no pase de este año. Haber si consigo alguna flor. Lamento mucho lo que  le sucede, ya he plantado a su lado otro, esta vez también de flor blanca, azahar pero mas productivo, un limonero que ya dio limones el primer año.
Como la madera era buena después de secarla al aire, la estoy aprovechando para arreglar las herramientas de mi colección de " Herramientas antiguas de carpintería". Ya con ella arregle dos acanaladores que le faltaban piezas y algunas cuñas de mis cepillos, pues al ser blanca se parece al boj.
Observando las derivaciones de sus polas en uve me inspiro para hacer unas figuras sobre el cambio de los bañadores femeninos de los años sesenta y del dos mil, y aprovechando la diferencia de color de su tronco con la corteza , fui tallando la ropa mostrando la gran diferencia de la moda.





La base era una plancha de hierro al oxido, que se amoldo al desarrollo de la escultura.