jueves, 19 de marzo de 2009

Recuerdos de Juventud ( I )

En el blog El lugar donde nací, hago mención a una casa revestida de color granate donde aprendí mis primeras letras de la mano de D. Pepe, que era primo mío, pero que la diferencia de edad era considerable pues su padre era el mayor de los siete hermanos de mi madre que era la menor, más tarde se trasladó a un piso de la calle antes llamada José Antonio y hoy Urzaiz, frente el cruce de Dr. Carracido y ayudado por el Sr. Barcia hasta que se termino el acondicionamiento de Colegio Santa Cristina en la Calle Sagunto, frente al actual parque D. Jose Campos Perez (Mester) D. Pepe, en honor a su memoria, pues ya dije que era conocido en todo Lavadores. Le ayudaba su mujer Dña. Herminia Gonzalez Taboada , recientemente fallecida. Allí aprendí al igual que todos los demás alumnos cantando a viva voz la tabla de multiplicar y los limites de España, “España limita al norte con el Mar Cantábrico los montes Pirineos que la separan de Francia…” y que jamás me he olvidado, era un sistema un tanto rudimentario pero eficaz. El me preparo para el ingreso al Bachillerato examinándome por libre el la Escuela de Artes y Oficios, pues no estaba inaugurado el Instituto de Santa Irene, el primer curso también lo hice por libre pero ya en el recién inaugurado Instituto, allí termine el Bachillerato cuando aun eran siete cursos y había que examinarse de la Reválida en Santiago. Recuerdo los pupitres a todo el ancho de la habitación de madera de pino, hechos por mi padre y en el que había, una canal para descansar la pluma y encastrado un tintero de porcelana para mojarla, ya que no existían los bolígrafos.

En el piso de esa casa vivía la Familia Aymerich y tenía una gran finca, donde nos reuníamos a jugar con sus hijos Lolo y Carlos.
La finca tenia tres niveles, en el primero recuerdo un gran perro atado a su caseta y debajo de unas pequeñas palmeras, que aún existen, una enredadera con unas campanillas y de tronco retorcido a donde nos subíamos, y un árbol de peras de S. Juan.
En ese primer nivel jugábamos al tenis, al fútbol y al escondite de pelota que hoy ya no se juega, pues allí el lugar se prestaba para ello, ya que podíamos escondernos en un lagar muy antiguo que estaba medio derruido, un leñero debajo de la escalera de piedra de subida al piso, una bodega con su escalera de madera que comunicaba con el piso, otras escaleras de bajada al nivel dos, etc. Además jugábamos al naipe, Canasta y Monopoly en la que también participaban otros amigos y sus hermanas, después de asistir al fútbol en Balaidos, juegos que en aquella época eran poco conocidos.
Al nivel dos bajábamos por unas escaleras que daban a un pozo que tenia una bomba antigua, que se accionaba con una palanca con los brazos estirados y de pie, pero el agua no era potable debido a su sabor a oxido pues las tuberías eran de hierro. Había tres árboles de camelias rojos, uno de ellos aún existe en la actualidad, (ya que allí al hacer la Calle Martínez Garrido construyeron un mini parque con un campo de baloncesto que esta en muy malas condiciones) donde hacían los nidos muchos pájaros, un gran gallinero y árboles frutales. Podíamos bajar al nivel tres que comunicaba con otras escaleras con el Camino de Bajada a Fontanes. Tenia un mirador con una mesa y bancos de piedra donde jugábamos a las cartas y me llamó la atención un árbol de cerezas blancas y rabo corto y otro de limas, pocos comúnes antes.
Otro lugar donde solíamos jugar era además dé en la calle, en el intermedio del paso del tranvía del Seijo nº 7 y el de Cabral nº 3, era en el cierre de lo que llamábamos la Cantera

donde mas tarde hubo un Baile,”El Salón Venecia”, y ahora un taller mecánico de grandes transportes, allí practicábamos el fútbol y hacíamos la pared contra los laterales del cierre, ya que el limite del campo era la piedra del cierre.

El taller de carpinteria de mi padre.

Cuando estaba preparando la publicación de mis blogs anteriores, recibí una llamada telefónica comunicándome el fallecimiento de una persona vinculada conmigo y el taller de mi padre, lo cual hizo que adelantara este blog.
Mi padre nació en el barrio de Moledo, de la Parroquia de San Pedro de Sardoma, en la ciudad de Vigo.
Comentaban en casa que aprendio el oficio con un carpintero de Cambeses llamado Sr. Balbuena, y que con los años encontré en un lugar a donde fui a hacer un trabajo, pronto se estableció por su cuenta aproximadamente al principio de los años 30 en un pequeño taller contiguo a la tienda que comento en el blog : El lugar donde nací
Mas tarde se asocio con otro carpintero y montaron la carpintería en la esquina de la Calle Sagunto nº 1 en la zona del Calvario donde actualmente está la cafetería Alaska.
Esta sociedad no funcionó y quedo solo mi padre con el alquiler del local.
Era un solar cerrado con pastas de piedra de Porriño, y en el interior estaba el taller adosado a un cierre de ladrillo y cerrado con tablones de madera por el frente, desconozco a que estaba dedicado anteriormente, y cubierto a dos aguas estando en el desván una pequeña oficina, a la que subía por una estrecha escalera de madera, pues allí la madera estaba al orden del día.
Al fondo y a la mano izquierda había instalada una antigua maquina con armazón también de madera, movida por una correa plana de unos dos metros y medio separada del motor motriz. Las mesas de cepillar estaban recubiertas de una chapa de hierro atornillada y la mesa de barrenar solamente se desplazaba en vertical, teniendo que desplazar a mano la madera lateralmente, en el argot era furar a mano; la mesa de cortar tambien se movia como la otra y el eje tenia una sierra circular.En el año 1955 y ya en Numancia, se compró una de hierro con regrueso y depues otras más.
La de madera,la habían comprado la Sociedad en una aldea de la Estrada, donde la movían con fuerza hidráulica, ya que pasaba cerca un pequeño río.
En el interior del taller, al entrar había situado en paralelo seis bancos donde trabajaban por este orden, el Sr. Claudio Costas, el Sr. Eiras, Perfecto Costas hijo de Claudio, Edelmiro Román y otros conocidos como el Pastelero, el Pontevedra, el Canalla, etc.
Los dos primeros que menciono tenían herramienta propia, pues habían sido socios en un taller que montaran, tal vez esas herramientas como las de otros antiguos carpinteros se estén estropeando en algún desván o trastero, a los demás se la suministraba mi padre. Trabajando en la maquina antes mencionada estaba un Sr., que llamaban Chanuto, (desconozco a que se debía ese apodo), recuerdo que había sido Guardia de Asalto. Cuando se marcho, para montar su taller, le reemplazó en la maquina el Sr. Nato, Fortunato Gil, hasta su jubilación a los sesenta y cinco años, a cuyo sepelio asistí el viernes 13 de Marzo, motivo de la llamada telefónica que hago mención al comienzo y que me sorprendió pues tenia pendiente una visita para comentar sobre lo que estoy escribiendo y poder añadir cosas que no recuerdo..
Dentro del cierre de pastas de Porriño, había un galpón donde se guardaba la madera y también había una piedra de afilarde agua, que se movía a pedal y tenia colgado un cacharro agujereado que dejaba caer un chorrito de agua para enfriar el acero y no se destemplara. Allí cuando llovía se preparaba en un pote de hierro fundido la cola, al baño de maría con unas pastillas obscuras de cola vegetal, pues se usaba en caliente.
El consumo de madera era abundante, se usaba mucho el castaño que nos traía un maderero de Chantada y que descargábamos por encima de las pastas del cierre, el pino era de Maderas Salan, Salvador y Antonio, el eucalipto de Chaviño cuando aun estaba en la Calle Aragón. Otros almacenes de madera de la época eran Maderas Barreiro en la calle Maria Berdiales, Maderas Oporto en Loriga y Maderas Garabatos, en donde hoy esta El Corte Ingles.

El lugar donde nací

Nací en la zona alta de Vigo más allá del Calvario, en el Seijo parroquia de Santa Cristina y Municipio de Lavadores hasta la anexión a Vigo en el año 1941. El nombre de Seijo se debe a la existencia de una cantera de piedra muy dura, que dio lugar a muchos problemas al hacer el túnel que comunica la Calle Jenaro de la Fuente con Martínez Garrido. Hoy se llama Av. Ramón Nieto, en memoria del emigrante a Argentina que donó las Escuelas de su nombre.
Entre la calle Sagunto y Cantabria, recuerdo que había en la misma esquina de Sagunto una garita del Fielato, donde los empleados Municipales se encargaban de cobrar una tasa a todas las mercancías que entraba en la ciudad. A continuación había una guardería con una finca de árboles exóticos llamada Rosalía Castro regentada por la Sección Femenina o Auxilio Social, después otra finca con un mirador cuya entrada era por la hoy Calle Portela, debido al gran desnivel que tenia con la calle hoy Urzaiz, propiedad de la familia Montenegro, seguido ya en el alto una casa revestida de color granate, en donde en el bajo aprendí mis primeras letras de la mano de mi primo D. Pepe, así conocido en todo Lavadores, pues allí tenia el colegio su hermano Antonio, ya que el aún no había terminado la Carrera de lo que haré mención en mi próximo blog: Relatos de mi juventud.
En el piso de esa casa vivía una familia de la que tengo gratos recuerdos, que también nombraré en el blog antes dicho.
Mas adelante había varias casas y en una de ellas recuerdo a una señora que vendía fruta, que me chocaba que llamaba a su hija gritando ¡¡Tareisita!!, y no comprendía que no le llamara Teresita, luego entendí que el nombre era en gallego. Unas casas mas adelante hubo un Colegio de Monjas Franciscanas, que yo ya no recuerdo más que hablar a mis hermanas de ellas, hoy están en Urzaiz, Los Llorones, cumpliendo este año su 75 aniversario. Solo me falta nombrar en el margen derecho una tienda en una casa de mi padre, otra finca con una casona de la familia Modesto Martines, hoy en estado ruinoso y la Sociedad de Agricultores y Labradores de Lavadores, en donde se fundó la actual Iglesia de la Inmaculada.


En esta fotografía se puede ver el estado actual de la finca que describo a continuacion.
En el margen izquierdo es digno de mención una gran finca de la familia Neira en la que destacaban en el jardín unos bancos forrados al estilo portugués Manuelino, cuya extensión abarcaba desde la hoy calle Urzaiz hasta las calles Aragón, Toledo y la Iglesia de la Inmaculada, conocida también por de los Picos debido a su tejado puntiagudo.


Otra finca importante era el Chalet de la familia Núñez, propietaria de la Fabrica Metalúrgica de latas de conservas de su nombre, quemado al comienzo de la triste contienda fratricida del año 1936, cuando yo había cumplido año y medio.



En la fotografía de la izquierda se puede ver la tranformacion que llevo esa finca pues en ella se construyo los bloques de viviendas de diez alturas y la calle Jenaro de la Fuente y el tunel que le une a la calle Martinez Garrido .

A continuación había un cierre de considerable altura donde se extrajo la piedra de la cantera que allí hubo.

Mas allá estaban unas casas en terrenos que fueron de mis abuelos con una taberna que en tiempos fue de ellos, nombrada del Farrapeiro, donde había conciertos de bandurria y guitarra.En la foto se ve la casa donde nací y lo poco que cambio el lugar ya que los políticos la consideraron de viviendas unifamiliar mientras que mas adelante han hecho un bloque de siete alturas, como se puede ver. Y también un zapatero y un hojalatero, una escuela publica de Doña Elisa, otro chalet que nombrábamos de Alvarito, que se aprecia en la foto el bloque alto del estado actual y que pertenecía a su tío Cura de la Iglesia de la Colegiata, y en la entrada al Colegio del Pombal otro chalet, donde se estableció el Dr. Toscano, antes de trasladarse a la Calle del Cristo.
Era un tramo corto pero de unas características muy especiales.
Desde aquí invito a mi amigo Izquierdo que también vivió en esta zona a añadir o corregir lo dicho, al igual a que a otro que se digne aportar mas datos.